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domingo, 14 de septiembre de 2014

Última ocurrencia de los trescientos euros. Diario HOY (13 de Septiembre de 2014)

Texto íntegro del artículo publicado en el diario HOY.

El lunes 8 de septiembre, al leer la prensa me sorprendí con la propuesta del Presidente de la Junta de Extremadura al otorgar 300 euros a las mujeres que vivieron la guerra civil. Es decir, aquellas mujeres que nacieron antes de 1940. De cualquier manera, era esperado que sacara algún conejo de la chistera, ya que nos tiene acostumbrado a ello. Fueron muchas las ideas que me vinieron a la mente ante esta ‘ocurrencia’ (una más) de nuestro Presidente que parece estar más pendiente de buscar (y lo consigue) titulares en los medios, que de solucionar los problemas de Extremadura y de los extremeños.
No voy a discutir si pronunció un discurso de despedida o una canción desesperada porque intuye que va a perder las próximas elecciones autonómicas. Ambas ideas no son contradictorias, y podrían denotar una situación de decadencia en la política actual de la Junta.
Quiero, brevemente, manifestar mi rechazo por varias cuestiones.
En primer lugar, entiendo que la propuesta evidencia una tremenda falta de sensibilidad hacia las personas (mujeres y hombres) que siguen buscando los restos de sus familiares asesinados y arrojados desconsideradamente a las cunetas o fosas, en cualquier lugar de nuestra región. Y, además, muestra una falta de sensibilidad hacia la llamada Memoria Histórica que tantos ciudadanos reclaman, justamente. El Partido Popular y las instituciones que gobierna (como es el caso) les sigue negando, a personas y asociaciones, cualquier tipo de ayuda para buscar los restos de sus familiares. Les niega la ayuda económica e incluso les discute su derecho a buscarlas. El presidente Monago podría decidir y tomar medidas sobre la Memoria Histórica pero no lo considera importante. Podría decidir al respecto ya que no es una persona cualquiera hablando en una barra de bar.
La segunda reflexión se refiere al cobro de la cantidad propuesta e incide sobre el ofrecimiento demagógico anterior. No concreta cómo será la ayuda, y deja abierta la posibilidad de que lo fuera mediante un descuento en la declaración de la renta. Sabe perfectamente que la mayoría de estas mujeres, a las que se dirige, no presentan declaración de la renta, porque no tienen renta suficiente. No es la primera vez que lo hace y evidencia un engaño premeditado.
Sin embargo, mujeres con capacidad económica alta podrían beneficiarse de esta ayuda, si tal fuera el caso. No todas las personas (mujeres, hombres, jóvenes y menores recién nacidos) sufrieron la guerra de la misma manera. Ni la vida en la posguerra fue igual para todos. ¿Es justa esta medida? Como terminaba la película “la bicicleta son para el verano”, para unos fue el final de la guerra mientras que para otros fue ‘la llegada de la victoria’. El sacrificio de unas/os y de otras/os no fue igual. Los beneficios, tampoco lo fueron.
En tercer lugar, me parece discriminatorio hacia un sector de la población como son los hombres. ¿Por qué sólo a las mujeres? ¿Qué pasa con los hombres de más de 75 años, ya sean viudos, solteros o casados? Es múltiple la casuística personal de los hombres y mujeres de nuestros pueblos. Es evidente que es una medida discriminatoria que no tiene en cuenta la situación de las “personas” de esa edad.
No es anecdótico calcular y señalar que la cantidad a repartir entre las mujeres: 0,8 euros al día. Es poco más de una barra de pan. Creo que seguimos evidenciando falta de sensibilidad y parece más una burla que una medida meditada. ¿No sería más provechoso dedicar este dinero para evitar, por ejemplo, el copago o el canon de agua a aquellas personas que necesitan nuestra ayuda? Es decir, apostar porque los que más lo necesitan puedan evitar ciertos costos que están grabando los últimos años de su vida. Esta medida, tampoco, no es sensible con los más necesitados, independientemente de en qué bando estuvieran.

Pero llegado a este punto, y para finalizar, tampoco quiero dejar de señalar mi extrañeza porque los representantes de la oposición en Extremadura, y en los municipios más importantes de nuestra región, no hubieran salido contra esta declaración demagógica, carente de sensibilidad con más contundencia. No podemos tolerar esta burla hacia nuestras madres o abuelas que tanto sufrieron para que ahora tengamos una situación estable. Es verdad, que la situación actual no está carente de problemas, pero el nivel de vida es muy superior al que ellas tuvieron. Nuestro respeto hacia ellas que no deben ni pueden ser tratadas como mercancía electoral.

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